Los mitos existen desde tiempos inmemorables, desde la misma existencia del hombre con su implacable sed de conocer el mundo que lo rodea. La riqueza de estos relatos fantásticos reside precisamente en lo que esconden, en aquellas metáforas que -entre líneas- nos ayudan a esclarecer enigmas milenarios.
Dentro de la mitología griega, hay uno en particular que siempre me cautivó: el mito de Teseo y el Minotauro. Cuenta este relato que, como consecuencia de un castigo de Poseidón, la esposa del rey de Creta, Pasifae, dio a luz un hijo deforme con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Este ser, llamado "Minotauro", fue escondido por su padre Minos en un laberinto tan extenso como complicado, imposibilitando a quien entraba hallar la salida.
Minos tenía otro hijo, Androgeo, que murió asesinado a manos de atenienses, razón por la cual su padre buscó venganza amenazando a Atenas con atacarla a menos que se firmase la paz. Pero este cruel acuerdo de paz consistía en que, cada nueve años, Atenas enviara a siete jóvenes y siete doncellas a Creta, para morir devorados por el Minotauro. La única forma de librarse del tributo atroz, sería que uno de los jóvenes atenienses diera muerte a la bestia.
Teseo, único hijo del rey de Atenas, se ofreció a matar al Minotauro, para salvar así a su ciudad del terrible acuerdo. Mientras estaba recluido en Creta esperando el día del sacrificio, Teseo conoció a Ariadna, una de las hijas de Minos. Con la intención de escapar de su padre y salvar al bello Teseo de la muerte, Ariadna le entregó al joven ateniense un puñal para matar al Minotauro, y un ovillo de hilo para poder encontrar la salida del complejo laberinto.
El día del sacrificio, Teseo ató el extremo del ovillo a uno de los muros del laberinto, devanándolo poco a poco. Luego de matar al Minotauro, simplemente enrolló el hilo y encontró la salida del laberinto. Así, Teseo cambió el cruel destino de Atenas, salvó su propia vida y la de sus compañeros. Cuando la nave estuvo lista para regresar a Atenas, el joven condujo a bordo a Ariadna, tal como habían pactado.
La razón por la cual me fascina este mito es que, personalmente, encuentro un sentido metafórico muy fuerte en él. Es por ello que decidí nombrar "El ovillo de Ariadna" a mi blog. Destaco la audacia, el ingenio y la astucia de Ariadna para idear un plan tan efectivo con un simple ovillo de hilo. Además creo que el ovillo tiene un gran simbolismo: por un lado, como nexo entre Ariadna y Teseo; y por otro lado, como medio para facilitar la misión del joven ateniense. Siento que el ovillo de Ariadna es como la comunicación, ya que a través de ella podemos tender un puente entre el interior y el exterior, configurando así un soporte que conecte, contribuya y efectivice el cambio social.
Espero poder construir aquí mi pequeño ovillo de Ariadna y que sirva como espacio donde todos y todas puedan informarse acerca de la actualidad social, artística y cultural de la ciudad de Córdoba en particular y de Argentina en general.
Hasta la próxima y gracias por leer.
Muy bueno tu blog Juli, muy profundas tus palabras. Es clara tu convicción, expresividad y el talento que tenés para escribir lo que pensas. Muchos éxitos en tu carrera!! Juan Córdoba, de Mar del Plata
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