20 de septiembre de 2011

FONTANARROSA: Tinta, Negro y Canalla

01.11.2007

Roberto “El Negro” Fontanarrosa es uno de los humoristas gráficos y escritores más significativos de la historia argentina, caracterizado siempre por una simpleza que no opaca su talento ni la profundidad de sus trabajos. Su carrera comenzó como dibujante humorístico, destacándose rápidamente por la calidad de sus dibujos y la rapidez y seguridad con que los realizaba. Estas cualidades hicieron que su producción gráfica fuera copiosa. A diferencia de otras historietas, en las de Fontanarrosa el remate suele ser secundario, ya que el efecto humorístico no está exclusivamente al final sino en la vertiginosa acumulación de chistes previa: el ideal es una ocurrencia por cuadrito. Muchos de sus cuentos fueron dramatizados y convertidos en obras teatrales o televisivas. Sus obras han trascendido la esfera nacional, expandiéndose a numerosos países del mundo. El Negro recorrió a través de sus dibujos los mas amplios ejes temáticos que van desde política, pareja, medicina, cultura, fútbol, hasta las problemáticas contemporáneas. Rendimos homenaje al hombre que dio vida a Inodoro Pereyra y Boggie el aceitoso, sus personajes, que hoy le devuelven el favor: lo hacen inmortal.

El 26 de noviembre de 1944, en su querida ciudad de Rosario, nace "negro y canalla", contaba Roberto. De niño va a la cancha por primera vez a ver un partido de Rosario Central y comienza a engendrar ese amor por el fútbol que le es tan característico y que luego volcará en muchos de sus trabajos. Decía: "si hubiera que ponerle música de fondo a mi vida sería la transmisión de los partidos de fútbol". Respecto a la literatura y a sus dibujos, leía colecciones infantiles "hasta que un día agarré un libro que leía mi madre, uno de Huxley"(...)"Entonces me dí cuenta de que ahí había otra cosa. Después Viñas. Toda una revelación fue: los personajes puteaban como mi viejo, hablaban como nosotros. Entonces me sentí interpretado. Y eso era válido: reflejar el alrededor era válido". Usó las caricaturas como medio para vencer su timidez: "El tipo que dibuja lo hace para acercarse, de alguna manera, a la gente. Y yo creo que lo fui superando, pero mi inseguridad era tan grande que recién estuve tranquilo cuando vi que habia algo que hacía bien: dibujar."Después de repetir el tercer año de la secundaria, abandona el colegio, pero sin sentir ninguna frustración: “Al fin de cuentas soy un precursor de la deserción escolar”. El Negro recuerda que lo mas emocionante de esa época era salir del colegio los días miércoles e ir al kiosco a comprar “Hora Cero”, revista fundada por Hector Oesterheld, un hito de la historieta.

Comienza a trabajar en la agencia de publicidad de Roberto Reyna pero “sin la menor convicción” asegura el caricaturista. En 1968, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, la revista rosarina “Boom” lo convoca a ilustrar las tapas en color, y a falta de alguien que hiciera la pagina de Humor, la dejan también en sus manos, donde publica su primer chiste (un policía muestra su bastón manchado de rojo sangre y dice “no hay ninguna duda, eran comunistas”). Años después Rosario Central sale campeón por primera vez y en homenaje al histórico hecho Fontanarrosa escribe el cuento “19 de septiembre de 1971”, incluido en la compilación "Nada del Otro Mundo". En pleno auge de la era de James Bond crea una parodia del agente secreto, de la que solo se publican algunos capítulos. Boggie el aceitoso es el descendiente directo de este personaje. Un año más tarde surge en Córdoba la revista humorística “Hortensia”, en la cual comienza a publicar las tiras de Inodoro Pereyra y Boggie el aceitoso, junto a artistas reconocidos como Caloi y Crist. Aparece también la revista “Satiricón” donde el humorista publica historietas basadas en cuentos de Borges, películas y Best-Sellers.

A los 29 años comienza a exponer sus tiras cómicas en la contratapa del diario Clarín, lo que haría por muchos años más. Al año siguiente Inodoro Pereyra consigue su primera compilación de aventuras, que fue el puntapié de una serie que ya ha superado la veintena de volúmenes. Boggie el aceitoso no se quedo atrás, y consiguió que la misma editorial lanzara su colección que ya tiene 12 tomos. “He recibido muchas cartas en contra Boogie, pero las más preocupantes eran las que me llegaron a favor. Eran una cosa terrible, tipos felices porque por fin llegaba alguien que les pegara a los negros y a las mujeres”, cuenta el humorista. A comienzos de los 80 conoce al grupo humorístico-musical Les Luthiers y se convierte en su asesor creativo. “El Mundo ha vivido Equivocado” sostiene Fontanarrosa en su primer libro de cuentos, y a él le siguen otros como “La Mesa de los Galanes”, inspirado en el bar rosarino “El Cairo”, que se había transformado en el sitio de encuentro de una veintena de hombres que se reunían todas las tardes "y lo fantástico es que no se habla de nada importante, es la insoportable levedad de la conversación". Cuenta El Negro sobre su idea del Paraíso: "Al cielo le pondría canchitas y un par de bares, porque en el bar estás en tu casa y a la vez estás balconeando la calle".
En 1985 Fontanarrosa recibe el Premio Konex Diploma al Merito en la categoría “Artes visuales: Humor Grafico”. En 1994, año mundial, es contratado por “Clarín” para comentar los partidos jugados por la selección argentina en Estados Unidos, crónicas para las cuales crea a La Hermana Rosa, una vidente; y a Juan José Yaya Serenelli, sociólogo especializado en fútbol. En 2003 le diagnostican esclerosis lateral amiotrófica, una extraña enfermedad que amenazaba sus capacidades motoras. “Cuando me explicaron de qué se trataba mi enfermedad, lo primero que pensé fue: ¿por qué a mí? Pero después entendí: ¿Y por qué no?”.Siguió trabajando con el mismo entusiasmo hasta el final: mantuvo el chiste diario en Clarín. También siguió con Inodoro Pereyra, el renegáu en la revista dominical de ese medio, sin renunciar al desafío autoimpuesto: lograr que cada viñeta contuviera un chiste, con remate y todo, formando parte a la vez del relato global de la historieta. A cada pregunta sobre su enfermedad respondía "Como diría Inodoro: mal, pero acostumbrado". Al año siguiente interviene en el III Congreso Internacional de la Lengua, realizado en Rosario, y expone una defensa al uso de las malas palabras. Su propuesta dejó flotando un puñado de preguntas ineludibles entre la audiencia. "Yo casi siempre hablo desde el desconocimiento", aseguró el Negro. "No hago una defensa incondicional y quijotesca a las malas palabras:algunas me gustan, otras no", "las malas palabras sirven mucho para expresarse", "Pido una amnistía para la mayoría de las malas palabras e integrémoslas al lenguaje", defendió Roberto.
      Al año siguiente recibe el Premio Konex Diploma al Mérito en la categoría "Letras. Cuento: quinquenio 1994-1998". En el mismo año interviene en el III Congreso Internacional de la Lengua, realizado en Rosario, y expone una defensa del uso de las malas palabras. Su propuesta fue sin duda una de las más lúcidas por la manera en la que dejó flotando un puñado de preguntas ineludibles entre la audiencia. "Yo casi siempre hablo desde el desconocimiento”, aseguró el Negro. “No hago una defensa incondicional y quijotesca de las malas palabras: algunas me gustan, otras no”“Las malas palabras sirven mucho para expresarse”“Pido una amnistía para la mayoría de las malas palabras e integrémoslas al lenguaje”, fueron los principales ejes de su exposición. 

   Luego, Roberto es premiado en el Festival de Cartagena, Colombia. Al mes siguiente es homenajeado en Rosario con una fiesta en la calle. El cómico cuenta cómo lo vivió: “Mirá, lo de acá fue muy lindo, en el sentido de que fue muy sorpresivo. La que estaba en el complot era Gaby. Vos sabés que me levanto al mediodía: había llegado de Cartagena muerto, porque viajamos toda la noche y estaba acá, en el living. Y escuchaba, afuera, a unos pibes que gritaban: 'Negro, querido, el pueblo está contigo'. ¿Sabés que pasa? Que acá enfrente está el Registro Civil. Entonces yo me digo: 'La mujer debe ser temible para que a un tipo que se está casando le griten así'. Pasó, y después se callaron. Después empecé a sentir trompetas y ya no entendía nada. En eso viene Gaby y me pide que me vista (yo estaba en calzoncillos, ¿viste?). Entonces, ahí sí me dije: '¿Adónde va esta historia?'. Y bueno, salí al balcón y miré para abajo... Uf. ¿Viste cuando vos mirás una situación y no la entendés? Porque había un ómnibus descubierto, lleno de gente, mariachis, gauchos a caballo con banderas... Era una escena medio de Fellini. Fue muy lindo. No hubo discursos, no hubo cosa solemne, no hubo nada pomposo. Fue un homenaje muy... futbolero. Estaban todos los amigos que uno tiene por ahí, y yo estaba súper emocionado, obviamente. Uno, con los años, se va poniendo más de la lágrima fácil”. 
   En 2006 fue premiado por el Senado de la Nación y en 2007 anunció que dejaría de dibujar sus historietas, debido a que había perdido el completo control de su mano derecha a causa de la enfermedad. Sin embargo aclaró que continuaría escribiendo guiones para sus personajes. Cuenta apenado: “Fue casi un alivio llegar a esta determinación; me costaba mucho dibujar, y me salía mal. Por ahora mi mano claudicó, no responde como antaño a lo que dicta la mente”. Señaló que sus colegas Crist y Oscar Sosa se encargarían de sus dibujos de Inodoro Pereyra y otras historietas. Así, en el último tiempo, los chistes eran pensados en Rosario, dibujados en Córdoba e imprimidos en Buenos Aires a todo el país. La enfermedad que padecía hizo cambiar totalmente su rutina diaria, y una de las cosas que más  extrañaba eran los partidos de fútbol con sus amigos.... "Yo nunca colgué los botines, es algo muy difícil de reemplazar. Creo que lo fundamental es que en la cancha descargás todo. Vas, pateás, gritás, volvés cansado... Te limpia el bocho. Es tan lindo que no me resigno a perderlo.” 
   El día 19 de julio Roberto fallece en la ciudad de Rosario, a los 62 años como consecuencia de la enfermedad neurológica que afectaba su motricidad. Nunca se entregó, y vivió hasta el último día: había pasado la noche anterior entre amigos, compartiendo un asado. Luego sufrió un ataque cardiaco, y al poco tiempo de haber sido trasladado al hospital, El Negro falleció. Cientos de hinchas canallas y ciudadanos comunes le dieron su despedida al fabuloso Roberto Fontanarrosa cuando el cortejo fúnebre llegó al Gigante de Arroyito, donde hizo una parada obligada. El 19 de julio, por primera vez El Negro nos entristeció. Uno de sus amigos y colegas mas cercanos, el dibujante cordobés Crist, lo recordó de la siguiente manera: “Debe ser el tipo de más talento que conocí, el más inteligente. Quizás en una reunión no hablaba mucho, pero, de pronto, ponía una mano de noqueador. Lo que más voy a extrañar es conversar con él”.
   Tras un recorrido por sus obras, distinciones y pasiones, homenajeamos a un hombre que no solo editó cerca de 60 libros con dibujos y publicó casi 25.000 caricaturas, rendimos tributo especialmente a Roberto "El Negro" Fontanarrosa y todo lo que implica recordarlo: un ejemplo de la calidad humana que desplegaba en todo su hacer. Y qué mejor manera de cerrar este cofre cultural con sus palabras:

"De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo.
 Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. 
No aspiro al Nobel de Literatura. 
Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: 
me cagué de risa con tu libro"
Nota: Julieta Pollo

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